Científicos en EE. UU. Desarrollaron tecnología que convierte
energía mecánica en energía eléctrica.
Por: EFE |
4:07 p.m. | 23 de marzo de 2016
Imagine que puede
recargar sus teléfonos inteligentes, tabletas y computadores portátiles sin
depender de enchufes eléctricos, de energía solar, ni de baterías externas y
sin que tampoco importe el lugar donde se encuentre.
Dos ingenieros
mecánicos de la Universidad de Wisconsin-Madison UW-M en EE. UU., el profesor
Tom Krupenkin y el científico J. Ashley Taylor lo acaban de hacer posible.
Ellos desarrollaron una tecnología para capturar la energía del movimiento
humano que puede integrarse dentro de la suela del calzado convencional y que
permite acumular la energía mecánica producida por la persona que lo lleva
puesto cuando está caminando, convertirla en electricidad y almacenarla para su
uso posterior, según esta universidad.
Este ‘calzado generador de energía’, que ha sido probado con
éxito en zapatillas deportivas, podría ser
muy útil para los militares, ya que los soldados llevan pesadas baterías para
alimentar sus radios, unidades GPS y gafas de visión nocturna, y para las
personas que viven en zonas remotas o en países en desarrollo que carecen de
redes eléctricas adecuadas.
El sistema es
capaz de captar 10 vatios por zapato, varias veces más que lo que requiere un
celular inteligente para cargar su batería.
“Generar un total
de 20 vatios al caminar no es poca cosa, si se compara con las necesidades de
alimentación eléctrica de la mayoría de los dispositivos móviles modernos”,
enfatiza Krupenkin.
Esta pareja ha desarrollado una innovadora tecnología de
captación de energía que se basa en la electrohumectación inversa. Este
fenómeno consiste en que “cuando un líquido conductor
interactúa con una superficie recubierta de película extremadamente fina o
nanopelícula, la energía mecánica que se aplica en el contacto entre ambos
elementos, se convierte directamente en energía eléctrica”, indica el
experto.
“Este método puede
generar energía eléctrica utilizable, pero requiere una fuente primaria de
energía mecánica, que está vibrando o girando rápidamente”, explica Krupenkin.
Para aprovechar
este fenómeno los investigadores desarrollaron lo que denominan “método
burbujeador”, que combina la electrohumectación inversa con el crecimiento y el
colapso de las burbujas del líquido conductor utilizado en este sistema.
El dispositivo de
burbujeo de los investigadores, que no contiene partes mecánicas móviles,
consiste en dos placas planas separadas por un pequeño hueco lleno de un
líquido conductor. “La placa inferior está cubierta por una serie de diminutos
agujeros a través de los cuales se forman burbujas bajo los efectos de un gas a
presión. Dichas burbujas crecen hasta que son lo bastante grandes como para
tocar la placa superior, lo que hace que colapsen”, señalan los ingenieros
mecánicos.
“El veloz crecimiento repetitivo y colapso de las burbujas
empuja el fluido conductor de ida y vuelta entre amabas placas, generando así
la carga eléctrica”, explican.
Su técnicamente
denominado ‘colector de energía integrado en el calzado’ podría alimentar
directamente los diferentes dispositivos móviles a través de un cable de carga,
o bien podría acoplarse a un punto de acceso wifi, empotrado dentro de un
zapato y que actuaría como “intermediario” entre los dispositivos móviles y una
red inalámbrica, según indican a Efe los científicos de la UW-M.
No se sienten
Señalan que una de
las consultas más frecuentes es si este sistema hace que los usuarios se cansen
más rápidamente al caminar, al ser forzados a hacer un esfuerzo adicional para
proporcionar más energía al colector incorporado a su calzado.
Krupenkin y Taylor lo aclaran: “La energía mecánica que se
convierte en energía eléctrica durante el proceso de recolección es la que se
perdería de todos modos en forma de calor, independiente de si el calzado lleva
incrustado el colector o no”.
Según explican los
creadores, la batería está en un recinto hermético, que la aísla del
medioambiente, evitando cualquier posible daño al usuario, y además cuenta con
unos circuitos electrónicos de seguridad que evitan que se produzca un
cortocircuito eléctrico bajo ninguna circunstancia, por ejemplo, cuando los
zapatos se mojan.
“Asimismo, la
presencia de una cámara con líquido en las suelas, no altera las sensaciones ni
la comodidad al caminar”, concluyen los investigadores, quienes buscan
asociarse con la industria del calzado para comercializar su sistema a través
de su compañía emergente InStep Nanopower.
EFE
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