Su
dueño asegura haberlo regado solo una vez
En 1960, David Latimer plantó una semilla dentro de
una botella de 10 galones, luego de esto, el maravilloso ser vivo creó su
propio ecosistema. El jardín funciona de forma autosuficiente alimentándose a
través de fotosíntesis para reciclar nutrientes. El proyecto, el cual muchos
investigadores están interesados, podría servir como prototipo para llenar de
flora el espacio.
Utilizar botellas ya no solo es para encerrar líquidos o instalar barcos
pequeños en exhibición, la naturaleza también ha encontrado su propio espacio
dentro del vidrio. David Latimer plantó un jardín en 1960 dentro
de una botella de 10 galones y solo lo regó una vez en su vida. El jardín
se autoalimenta a través de fotosíntesis y debe ser regado una vez cada 53
años, por lo que hace 40 años que no se destapa.
Existen personas a las que se les mueren hasta los cactus por pereza y
olvido, pero David Latimer es un genio «verde». El jardín dentro de una
botella ha creado su propio ecosistema en miniatura a pesar de
estar aislado del mundo exterior. El jardinero en cuestión afirma que nunca ha
podado este jardín, por lo que parece haber crecido hasta el máximo posible que
le da la botella de 37,8 litros. La NASA se ha interesado también en este tipo
de proyectos porque podría servir como prototipos para llenar de flora el
espacio.
Como cuenta al diario ingles Daily Mail, los jardines dentro
de una botella funcionan correctamente porque su espacio sellado crea un
ecosistema totalmente autosuficiente en el cual las plantas pueden sobrevivir
mediante la fotosíntesis para reciclar los nutrientes. El único contacto que
hay con el ambiente es la luz que ingresa a través del vidrio de la botella, lo
que le da energía a las plantas como para que se autoalimenten. La mecánica es
simple. El agua de la botella es tomada por las raíces y se libera en el aire
durante la transpiración, que se condensa y vuelve al fondo de la botella y
retroalimenta a las raíces.
El ciclo se agota cada 50 años, y por eso es que hay que regalarlas
solamente una vez en la vida. De noche, la planta respira celularmente y
aprovecha los nutrientes almacenados. También usa la respiración celular para
descomponer el material arrojado por la planta y sus bacterias se encargan de
los procesos de reciclado del oxígeno y dióxido de carbono, reutilizando todo
como si de un pequeño ejemplo del ecosistema se tratase.
Cómo hacer tu propio jardín
La idea de un jardín de botella es la de crear un microcosmos. Debe
tener su propio hábitat especial y debe requerir poco mantenimiento. Para
empezar tienes que seleccionar un recipiente de vidrio de tamaño considerable y
con un cuello grueso como para poder manipular con facilidad. Incluso puedes
usar una pecera. Luego necesitas un poco de compost, unas capas de arena
gruesa, arena fina y guijarros, completando con las plantas sobre ellos.
La Tradescantia es la especie elegida para este jardín, así que en
vistas de su eficiencia, esta podría ser una buena selección. Después de
plantarlas, una leve capa de grava y un riego cuidadoso ya concluirá la primera
y fundamental fase. Pon el recipiente en un lugar donde pueda recibir luz solar
o unos buenos focos de luz artificial y ya. Más tarde tendrás que cuidarla de
cerca y verificar que el proceso de alimentación se esté dando correctamente.
Vas por el buen camino para tener un jardín de 53 años.
Fuente: Abc.es
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