Estudiantes
de la U. Nacional desarrollaron una iniciativa para detectar conflagraciones
forestales.
Por: ESTEFANÍA
ISAZA |
Foto:
Archivo / EL TIEMPO
El proyecto ayudaría a controlar el impacto de los
incendios forestales con ayuda de drones.
Estudiantes de la Universidad
Nacional, sede Medellín, idearon un proyecto que ayudaría a controlar el
impacto de los incendios forestales con drones.
La iniciativa surgió a partir de la
emergencia ambiental registrada por los incendios forestales en el Valle de
Aburrá en el 2015. “Tuvimos como base la necesidad de encontrar una tecnología
apropiada para detectar los incendios y controlarlos”, explica Andrés González,
estudiante de ingeniería de sistemas.
Por eso, el primer paso fue planear
una red de sensores de presión, humedad y temperatura para ser distribuidos a
lo largo del área en riesgo e identificar el lugar exacto del incendio. “Un
sensor localizaría un cambio en la presión; otro ubicado a 50 metros del
perímetro, un cambio en temperatura y un tercero, un cambio en la humedad del
aire. Y como se sabe la posición fija de cada uno de los sensores podríamos
triangular la posición exacta del posible incendio”, cuenta González.
Una vez detectado, un dron de
monitorización iría a la zona para revisar que efectivamente se tratara de un
siniestro, por medio de la confirmación visual que proporcionarían sus cámaras.
Luego de esto, llegaría el dron de supresión que contiene CO2 sólido o hielo
seco el cual ayudaría a apagarlo.
Los investigadores escogieron este
elemento porque a diferencia del agua se puede transportar con mayor facilidad
y se necesita menor cantidad para controlarlo.
“La cantidad de agua necesaria para
acabar un incendio es demasiada alta: por un incendio de 10 segundos se
necesita un balde de agua, por un minuto 10 baldes”, explica González.
Para poder transportar este compuesto
y arrojarlo en el área afectada, pensaron en una pistola de paintball que
trabaja con aire comprimido y es muy liviana. Esta herramienta les permitiría
disparar a largas distancias, para que el dron no se vea afectado. Cada dron
tiene una capacidad de carga de nueve kilogramos.
Con la pistola, la cámara y el aire
comprimido este pesaría tres kilogramos, así que se podrían utilizar seis de
estos en 400 balas. Con este número se apagarían cinco metros cuadrados, útiles
para la detención temprana del fuego.
ESTEFANÍA ISAZA
Para EL TIEMPO
Para EL TIEMPO
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